jueves, 15 de agosto de 2013

El mejor día de mi vida


Estando entre las 4 paredes de aquel oscuro y frío hospital donde nada tenía sentido fue cuando me dí cuenta que hacía mucho tiempo que había tocado fondo, ¿por qué  permití que me hicieras esto? ahí estaba yo como una masa inerte llena de cortadas bastante recientes, con los ojos perdidos y sin un sólo pensamiento coherente en mi cabeza.
Aún dudo un poco de mi capacidad para distinguir entre lo que es real y lo que no, pero en aquel momento estaba completamente a la deriva y lo peor de todo era que en ese tiempo a solas uno de mis grandes pensamientos fuiste tu, caminando descalza por la habitación al principio pensaba que había hecho algo terrible, que te había perdido para siempre y que era mi culpa, que desperdicio de pensamiento, yo detuve mi vida, no sólo en ese internamiento, mi vida se detuvo dos años atras el día que te conocí y no me dí cuenta de ello, de como poco a poco me ibas consumiendo, me comías el alma y mis ganas de vivir, sin ser nadie te convertiste en mi mundo y yo lo permití.
Todas las noches en ese lugar tuve pesadillas de aquellos momentos de terror, casi como si fueran ajenos, como si fueran una mala película y que no había sucedido jamás y al despertar me daba cuenta de que tan reales habían sido esos momentos y comencé a odiarte como nunca pensé que pudiera odiar a alguien y mi corazón se llenó de deseos de rencor y una insaciable sed de venganza.
Pasaban las horas, los días, las semanas y con ellas pasaban muchos pensamientos por mi mente, te hice de pronto a un lado por un momento y me puse a pensar en lo que había hecho, no solo conmigo si no con las personas que realmente me amaban, ¿cómo pude ser tan egoísta? en todo este tiempo jamás me pasaron por la mente y me comenzó a invadir la culpa, la culpa por el daño que les había hecho a todos sin pensar en un después, sin pensar en su dolor asi como tu no pensabas en el mío.
Siempre tenía sueño, quiza eran los medicamentos o sólo el cansancio de mi mente de tanto torturarme     y mientras más me cansaba, más iba bajando la intensidad de mis emociones, comencé a pensar con la cabeza fría, de pronto después de tanto llegó un extraño adormecimiento de mi dolor y mi odio.
Aún recuerdo el ultimo día que estuve ahí completamente regenerada física y emocionalmente, habían sanado mi alma y lo más importante era que ya no te nesesitaba, y ese fue el mejor día de mi vida.

sábado, 10 de agosto de 2013

Te amo

¿En qué estabamos pensando?, ¿Por qué decidimos comenzar esta travesía?, ¿Por qué estabamos tan confundidos?, ¿Acaso la falta de experiencia nos justifica?, ¿Simple capricho?. Aún me torturan estas preguntas.

Siempre te quise, pero quizá no demasiado como te lo afirmé en tantas ocasiones,  incluso,dudo que me quisieras como tu lo demostrabas, era simple necesidad de cumplir con esa meta, todos a nuestro alrededor nos empujaron hasta cierto punto a caer en esta relación tan bizarra y si bien no era nociva por lo menos sí estaba fuera de lugar y fuera de toda lógica.

Tanto tiempo juntos quizás nos hizo confundir las cosas, tantos años estando siempre al acecho de cualquier momento para estar juntos, siempre con la promesa de un abrazo, una palabra de aliento, una caricia, algo que demostrara que te interesaba mi bienestar y viceversa.

Recuerdo esa tarde, en la que mi desesperación por quien me atormentaba el alma y el corazón me hizo cometer una locura (una de tantas)... la sangre no paraba de correr por mi brazo, quería desaparecer y repentinamente  tu imagen apareció en mi mente, no estabas muy lejos de donde yo me encontraba, quise pedir tu auxilio, tenía miedo, tu podías verlo en mis ojos, lo sé porque en tu rostro se reflejó ese mismo temor, ese miedo a perderme, se que asi era, se que la idea de verme desaparecer en la nada te aterraba. ¿Amor? lo dudo, pero el temor ahí estaba.

Te dolía mi situación, creo que nadie lo odiaba a él más que tu, porque sabías como me hacía nada lentamente, viste como decaía, como moría lentamente en vida, me dijiste que eso sólo te alejaba de mi, realmente no te quería lejos, eras un soporte que no estaba dispuesta a perder, te necesitaba, por más que me duela reconocerlo te necesitaba, no te amaba.

Pasó el tiempo, muchas noches juntos, recordando, reviviendo y sufriendo por el pasado, mirando de lejos los errores sin saber que uno más se iba a cometer, el tenerte cerca me estremecía, no igual que él, pero si me causaba una avalancha de emociones que apenas si podía controlar, por fin después de tanto, cedimos a todo sentimiento, fuera verdad o fuera sólo una ilusión, un espejismo para sobrevivir.

Recuerdo la primera vez que me dijiste te amo, te mentí, te dije que no lo recordaba pero si, a lo largo de los años aún lo recuerdo, mi salud siempre ha sido frágil, ese sólo fue un día malo más, ese miedo que te unía a mi te invadió de nuevo, creo que sentías que era tu deber mantenerme viva aunque yo estuviera muerta desde hacía mucho tiempo, te aferraste a mi como nunca, como impidiendo que me fuera, al borde del llanto y movido por el temor me lo dijiste, "te amo judith, te amo" y ese fue el peor error de tu vida.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Larga caminata

Después de haberme mudado para estar más tranquila, para poder alejarme de los constantes ataques en mi casa ¿también habrá ataques a donde me mudé? Simplemente mi error fue llegar en un mal momento, pero como ya es costumbre pagan justos por pecadores, no lo soporto más, voy a salir a caminar.

Es de noche, siempre tengo la mala costumbre de salir a caminar a altas horas de la noche, a nadie le importa a mi alrededor, no tengo límites de ningún tipo, nunca los he tenido, no le tengo miedo a la noche o a los peligros que trae para una mujer estar sola por las calles, sólo es una salida más, pero me molesta no tener con quien hablar.

Pasan las horas, no quiero regresar a la casa en que vivo, por lo menos no esta noche ¿Que haré? No tengo a donde ir, no puedo vagabundear toda la noche, y en eso recuerdo como llegar a tu casa, no se si estés disponible o siquiera si te encuentras en casa, pero la prudencia nunca a sido una cualidad así que aun así sin avisar decido ir a buscarte.

Fue difícil dar con tu casa, sólo había ido en una ocasión y no recordaba bien como llegar, pero sabes que soy muy obstinada y que no me detendría ante nada por conseguir lo que quiero, siempre a sido una cualidad y un defecto mío pues llego a caer en la necedad, pero también me vuelve perseverante, nadie puede detenerme, y siempre logro mis objetivos, y esa noche no fue la excepción.

Después de un rato de estar tocando la puerta por fin saliste, creo que aún puedo recordar tu rostro completamente pasmado ante mi presencia, creo que era la última persona que esperabas que fuera a buscarte, pero aún así creo que te dio gusto verme.

Como pocas veces en mi vida te convertiste en mi confidente, en mi desahogo, en la persona que me comprendía de momento, creo que siempre me viste tan fuerte que jamás te imaginaste que tuviera ese lado tan frágil, tan fácil de quebrar, tan débil y tan vulnerable, no confiaba en nadie mas que en ti en ese momento, hablamos de lo que me pasaba en mi vida, de lo que sentía y también hablamos de temas completamente banales y nos reímos de cosas sin sentido, esa es de las pocas noches de mi pasado en que me sentí realmente protegida y comprendida, que no sentía que era un estorbo en la vida de la persona que estaba frente a mi, me sentía real e inocentemente feliz.

Nos llegó la madrugada hablando de todo y nada, al final tenía que regresar a mi casa, realmente te preocupaba que algo me pasara, en ese momento creo que eras a la única persona a la que le mortificaba mi bienestar, y eso aún que hayan pasado los años lo aprecio como si acabara de pasar, nuestras casas quedaban a un par de kilómetros y aún así hiciste ese recorrido conmigo en medio de la madrugada, hablando del pasado, del presente y un poco de nuestro futuro, tocando temas estúpidos y haciendo bromas con respecto a que no podía percibir el aroma de la madrugada.

Casi llegando a casa te quejaste del largo camino que tendrías que hacer solo, y lo aburrido que sería, nos despedimos y emprendiste tu camino de regreso, desde ese día muchas noches mas pasaron haciendo esa larga caminata desde el sahuaro 14 hasta el blvd. solidaridad y todas esas noches volví a sentirme viva, volví a sentir que a alguien le importaba.