Estando entre las 4 paredes de aquel oscuro y frío hospital donde nada tenía sentido fue cuando me dí cuenta que hacía mucho tiempo que había tocado fondo, ¿por qué permití que me hicieras esto? ahí estaba yo como una masa inerte llena de cortadas bastante recientes, con los ojos perdidos y sin un sólo pensamiento coherente en mi cabeza.
Aún dudo un poco de mi capacidad para distinguir entre lo que es real y lo que no, pero en aquel momento estaba completamente a la deriva y lo peor de todo era que en ese tiempo a solas uno de mis grandes pensamientos fuiste tu, caminando descalza por la habitación al principio pensaba que había hecho algo terrible, que te había perdido para siempre y que era mi culpa, que desperdicio de pensamiento, yo detuve mi vida, no sólo en ese internamiento, mi vida se detuvo dos años atras el día que te conocí y no me dí cuenta de ello, de como poco a poco me ibas consumiendo, me comías el alma y mis ganas de vivir, sin ser nadie te convertiste en mi mundo y yo lo permití.
Todas las noches en ese lugar tuve pesadillas de aquellos momentos de terror, casi como si fueran ajenos, como si fueran una mala película y que no había sucedido jamás y al despertar me daba cuenta de que tan reales habían sido esos momentos y comencé a odiarte como nunca pensé que pudiera odiar a alguien y mi corazón se llenó de deseos de rencor y una insaciable sed de venganza.
Pasaban las horas, los días, las semanas y con ellas pasaban muchos pensamientos por mi mente, te hice de pronto a un lado por un momento y me puse a pensar en lo que había hecho, no solo conmigo si no con las personas que realmente me amaban, ¿cómo pude ser tan egoísta? en todo este tiempo jamás me pasaron por la mente y me comenzó a invadir la culpa, la culpa por el daño que les había hecho a todos sin pensar en un después, sin pensar en su dolor asi como tu no pensabas en el mío.
Siempre tenía sueño, quiza eran los medicamentos o sólo el cansancio de mi mente de tanto torturarme y mientras más me cansaba, más iba bajando la intensidad de mis emociones, comencé a pensar con la cabeza fría, de pronto después de tanto llegó un extraño adormecimiento de mi dolor y mi odio.
Aún recuerdo el ultimo día que estuve ahí completamente regenerada física y emocionalmente, habían sanado mi alma y lo más importante era que ya no te nesesitaba, y ese fue el mejor día de mi vida.