martes, 11 de marzo de 2014

Máscara parte II

No se como decirte las cosas, tantos años a tu lado no han sido mas que un montón de mentiras, tantas veces que te dije que te amaba sólo fueron una pantalla de humo para justificar el estar a tu lado, te usé como un esclavo a merced de mi voluntad y caprichos tantos años, no tiene justificación alguna lo que te hice y me carcome el alma saber que me creíste, que me amaste como quizás nunca lo hiciste antes, te abriste a mi, me contaste cosas que no le has contado a nadie mas y no me importó, para ser honesta en este momento tampoco me importa.
No te amo, nunca lo hice pero sin embargo aquí estoy sentada frente a ti en la habitación de un hotel barato a la luz tenue, siento tu mirada clavada en mi, es tanto el tiempo desde que nos conocemos que casi puedo adivinar lo que estas pensando.
Es difícil afrontar las consecuencias del pasado, es difícil saber la verdad para ti y también para mi, se que hay cosas que me has escondido y no te las reprocho, no me duelen, me resulta frustrante verte sentado sin emitir palabra alguna, te levantas y das vueltas por toda la habitación, ocasionalmente te sientas a encender un cigarro y beber un trago de vino, ya no hay luz en tus ojos, esa chispa que tenía tu espíritu cuando te conocí ha desaparecido por completo junto con tu fe en la humanidad, has afrontado el dolor y se que fui una causa de ello, no me siento culpable de que me hayas amado pero tampoco me siento orgullosa de haberme burlado de ello.
Han pasado casi dos horas desde que estamos en esta habitación, volteo esporádicamente a ver nuestros celulares en el mueble aun lado de la cama, no hay nada que ver ni nada que esperar pues decidimos apagarlos para poder hablar sin interrupciones, no hay nadie esperándonos ni nadie a quien podamos recibir, estamos solos en este momento, nuestro mundo se reduce a estas cuatro paredes, es difícil no tener ningún tipo de contacto físico después de habernos poseído antes, después de tantas noches en tu cama y tantas caricias el deseo esta totalmente extinto, me siento extraña, te odio porque no comienzas tu a hablar, siempre soy yo quien toma la iniciativa, quisiera que fuera diferente pero tu no eres así, tu esperas a ver mis movimientos para reaccionar, temes equivocarte, temes profundamente fallar y volver a salir herido.
− Tenemos ya dos horas aquí − Me dices bastante alterado.
− Si, lo se.
− Para eso pudimos habernos visto en cualquier otro lugar.
− No hubiéramos estado solos y esto no sería real.
− ¿Que tiene esto de real? − Me contestas mientras te levantas de golpe.
− Estamos aquí para sacar todo lo que tenemos dentro, pero no puedo hablar siempre yo.
− Karla necesito escucharte, necesito saber tantas cosas, tengo muchas preguntas.
− ¿Y que estas esperando para preguntarme algo?
− Quiero que de ti salga decirme la verdad, no quiero arrinconarte, así no vale la pena.
Nos miramos a los ojos por un largo rato, puedo ver el dolor en tus ojos y tu odio, es increíble para mi pensar en que hace algún tiempo esos ojos me veían con un amor profundo al que no pude corresponder, me paralizas, no te tengo miedo, pero me congelas la sangre con esos ojos.
− No se exactamente que quieres saber − Hice una pausa para esperar a que te sentaras − Voy a comenzar a hablar de todo y nada si no me dices específicamente que quieres oír.
− ¿Me amas?
− ¿Es tu mejor pregunta? − Respondí en tono sarcástico.
− No me contestes con otra pregunta − Me dijo mientras se sentada en la mesa frente al sillón para quedar frente a frente.
− No.
− ¿Alguna vez lo hiciste?
− No.
− ¿Que significaron todas las veces que me lo dijiste?
− Para mi, un juego.
− ¿Porque lo hiciste?
− Porque podía.
Puedo ver como te empiezas a desplomar, no era la respuesta que esperabas, pero es la verdad, y duele, necesitas saberla, necesitas verme en mi forma original para poder olvidarme y ya no sentirte torturado con mi sola mención.
− ¿Hay algo mas que quieras saber? − Te pregunto fríamente.
− ¿Me engañaste?
− Muchas veces.
− Quiero saber los detalles.
− No vale la pena, sólo te estas torturando, eso no es querer saber la verdad, eso es sólo masoquismo.
− Contesta a mis preguntas, para eso estoy aquí.
− No me hiciste ninguna pregunta.
Bajas la mirada, se porque lo haces, no te gusta que vea como te quiebras delante de mi, tu orgullo te duele más en este momento que tus emociones, me odias en este momento, pero aún falta mucho mas, hay mucha verdad para la que quizás no estés preparado, pero debes saberlo, sólo necesitas hacerme la pregunta correcta.